«Corriendo a Ciegas» 2da. entrega

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SER GUÍA, EN UNA COMPETENCIA.

Muchas personas se me acercaron contándome que les interesaría ser guía de alguna persona con discapacidad visual, pero que no se sentían preparadas.

¿ES NECESARIO SABER MUCHO PARA PODER GUIAR A ALGUIEN?

No, lo más importante es tener las ganas, la responsabilidad de no desconcentrarse dado que alguna omisión en alguna indicación nos puede ocasionar caernos o lastimarnos. También es necesario tenernos paciencia.

¿¿¿NO HACE FALTA SER RÁPIDO???

Depende del objetivo del atleta guiado. Yo muchas veces corro intentando hacer mi mejor performance y para ello el guía debe ser un poco más rápido que yo, dado que aparte de correr a mi ritmo, debe estar atento a muchas cosas para darme las indicaciones.

En cambio otras veces la idea es participar, sin objetivo de tiempo, en estos casos me podría guiar un atleta con un ritmo más lento que yo.

Por ejemplo, a mí me guiٕó Elisa (la chica de la foto) que tiene 84 AÑITOS , aunque ese día en realidad tenía ¡APENAS 81!

¿ES NECESARIO TENER EXPERIENCIA COMO GUÍA ANTES DE HACER UNA COMPETENCIA GUIANDO?

Es lo recomendable pero no indispensable. A medida que uno gana experiencia, está mucho más canchero con todas las indicaciones que debe dar, no se olvida de ninguna, está más seguro a lo que se enfrenta y otra cosa muy importante para tener en cuenta es que cada atleta ciego tiene sus propias mañas y no siempre es lo mismo guiar a uno que a otro.

¿LA DIFERENCIA DE ALTURA ENTRE GUÍA Y GUIADO PUEDE INFLUIR?

Si hablamos de guiar a atletas de elite, en donde cada segundo puede llegar a hacer la diferencia, si, por supuesto que influye… pero con la gran mayoría, si bien en un principio podría llegar a haber alguna incomodidad, en la medida que se logra tener el mismo paso, es manejable.

La labor de un guía no comienza en la línea de largada, sino en el momento en que llegamos a la zona de la carrera (aunque en el caso de guías muy comprometidos, comienza cuando ¡nos buscan por la puerta de nuestras casas!).

En la previa algo muy frecuente es que deban acompañarnos hasta la zona de los baños químicos, asegurarse de que tengamos correctamente puesto el chip, describirnos un poco lo que pasa a nuestro alrededor, dejar nuestras pertenencias en el guardarropas, buscar el lugar más apropiado para hacer la entrada en calor, y muchas cosas más que dependiendo de la competencia, podrían llegar a hacer falta realizar. Muchas cosas, ¿no? SIIIIIIIIII y sigue…

Cuando ya se acerca el horario de comienzo ir a la zona de largada.

¿Dieron la orden de largada? A correr entonces… y a prestar atención si hay alguna loma en el camino, anticiparse a informarnos cuando vamos a tener que doblar, buscar la forma de pasar a otros corredores que van delante nuestro, asegurarse de agarrar la hidratación para darnos, tantear si estamos yendo al ritmo optimo, avisarnos el Km por el que vamos, contarnos de los lugares o personajes que aparecen en nuestro trayecto, etc.

Aunque lo más importante de todo es que ¡lleguemos sanitos y salvos a la meta!

Pasamos la línea, abrazo de llegada, nos ponemos la medalla y… no se vayan todavía… ¡esto sigue! ¿Quién les dijo que la labor del guía termina cuando llegamos? Deben conseguirnos algo para tomar, traernos el bolso del guardarropas, ubicarnos para que podamos elongar, y en muchas ocasiones, averiguar si hicimos podio.

Al rato probablemente escuchemos algo así… “ahora será la entrega de premiación a las personas NO VIDENTES”

¿NO VIDENTES dijeron?

No, no es así, eso está mal, no se dice: «no videntes».

¿Por qué? En el próximo capítulo les cuento…

¡CONSEJOS PARA COMENZAR!

1 – Si vas a guiar a un corredor experimentado, que él te indique cómo prefiere llevar la soga, si se va a querer hidratar o no, si necesita que le marques el ritmo, si le gusta que le hablen, etc. Si en algo no estִás de acuerdo, podés sugerir, pero la última palabra la tiene él.

2 – Si en cambio vas a guiar a alguien con poca experiencia, ofrecele e indicale todo lo que esté a tu alcance. Es preferible que piense que sos un pesado, pero de esta manera puede ir dándose cuenta qué cosas le son útiles y cuáles no.

3 – Cuando nos toca largar adelante en las competencias, el griterío de la gente, la ovación y los aplausos, hacen que inconscientemente larguemos mucho más rápido de lo que deberíamos, por lo tanto, es muy importante que miren el reloj para asegurarse de que vayamos a un ritmo acorde al tiempo promedio que podemos hacer por kilómetro en la distancia.

4 – Si tenés poca experiencia como guía, nunca está de más hablar con otros guías experimentados para que te cuenten sus vivencias. Probablemente se anticipen a alguna situación y te permitan tomar mejores decisiones.

5 – No olvidar que, si bien corremos en equipo, el verdadero competidor es el ciego. Se lo puede ir alentando, motivando, pero nunca tironearlo de la soga e intentar arrastrarlo porque en ese caso sería ventaja deshonesta (incluso en competencias oficiales directamente los estarían descalificando).

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Martin Kremenchuzky
Triatleta y conferencista ciego e hipoacúsico

 
Nota original del Blog de Club de Corredores en este LINK