Por Gonzalo Cornago
Impulsado por sus ganas de vivir y mostrarle al mundo que siempre es posible, el triatleta no vidente compitió en otro ironman en equipo con su acompañante Alberto Maibach
Llegada, la esperada llegada tras 12h09m.
Mientras en Argentina se celebraba un aniversario más de los héroes de Malvinas, en Sudáfrica Martín Kremenchuzky el triatleta ciego e hipoacúsico volvía a correr sus límites enfrentando un nuevo Ironman. Acompañado por el «Ninja» Alberto Oscar Maibach, Martín decidió enfrentar las características geográficas y climáticas de Sudáfrica donde la competencia no tiene categoría para atletas especiales, pero donde de todas maneras Kremenchuzky intentaría completar su segundo Ironman, luego de haber competido en Florianopolis,
-¿Cómo viviste esta nueva experiencia en un Ironman?
-La realidad es que todos los días previos al gran evento, exceptuando por todos los problemas que tuvimos con la bici, estuve muuuuy relajado, demasiado. Como si en vez de ir a hacer un ironman tuviera que ir a pasear al perro por la plaza. Quizas eso tenga que ver por la enorme satisfacción del camino recorrido, independientemente de la perfomance en la competencia, porque la verdad es que todos los meses de preparación, lejos de ser un sufrimiento, fue un verdadero disfrute. Si bien le tuvimos que dedicar su tiempo y exigirnos, nos divertimos bastante, nos dimos el gusto de viajar y hacer unas cuantas competencias, conocer mucha gente nueva copada, con lo cual ya antes de comenzar me sentía que se había cumplido el objetivo.
-En el traslado hacia Sudáfrica la bicicleta sufrió un golpe, la llevamos al service, arreglaron ese problema pero ocasionaron otro que nos dimos cuenta el día que debíamos entregarla. Como ya había pasado nuestro horario de entrega de la bicicleta , nos dijeron que nos esperaban media hora más, en ese momento nos la trajeron del service, y si bien arreglaron el nuevo problema, desarreglaron un tema con los cambios por lo cual no íbamos a poder usar el plato grande en la competencia, o sea que ¡¡¡hicimos todo la parte de ciclismo solo con el plato chico!!! Pero bue …., hay cosas peores.
-¿Le tenían un respeto particular al agua?
-El agua estaba muy picada, pero la verdad es que entre con una convicción bárbara que ni le di tiempo a que me apichonara. En todo el trayecto nos fue bastante bien, salvo dos veces que el «Ninja» tuvo que pelearse con otros participantes porque no abrían paso para que yo avanzara. También hubo otras dos veces que yo me desalinee, y en vez de nadar derecho me fui en diagonal para la derecha, con lo cual tuvo que perseguirme para reacomodarme.
-¿Cómo vive la gente esta competencia tan particular?
-Ellos lo viven en un ambiente muy familiar. Instalan gacebos, reposeras, parrillas hasta piletas inflables al costado del camino para alentar a los participantes. Le ponen mucha onda a la carrera y alientan a todo el mundo, pero para mí era especial escuchar los gritos de Toto y Diana, eso me daba mucha fuerza, como así también todos los mensajes que recibí los días anteriores a la competencia de parte de la gente.
-¿Sintieron los inconvenientes en la parte del ciclismo?
-La verdad es que no especulamos mucho, ya de movida salimos a darle duro sabiendo que nos esperaban 180 km. Uno imagina casi seis horas encima de la bici, como aguantan el trasero y la cabeza ? Aunque no lo crean, se me paso rapidísimo: entre subidas, bajadas , tomar el gel, comer algo, pedir hidratacion, ir analizando como vamos con los tiempos. Era todo tan dinámico, que en ningún momento se hizo pesado, y las piernas venían bárbaras, síntoma de que hubo buen entrenamiento de ciclismo. Lo que me permitió enfrentar los últimos 42 km de competencia confiado, tratando de saborear cada momento. Veníamos muy bien, pero poco a poco, comencé a sentir unas molestias en los intestinos, cada vez más fuerte. Aproximadamente en el kilómetro 20 le dije al «Ninja» que necesitaba ir al baño, así que nos metimos en un sector preparado para la ocasión, pero con tanta suerte, que estaban TODOS ocupados, y parecía que todos se tomaban su tiempo sin apuro !!!! Luego volvimos a correr, pero yo ya no podía mantener el mismo ritmo, si aceleraba sentía como puntadas, así que decidimos ir más lento. Me llamo la atención la enorme cantidad de gente que caminaba (como los 42k eran 4 vueltas por el mismo lugar, nos cruzábamos con todos).
«La llegada a la meta fue especial porque era la primera vez que mi hijo Toto estaba conmigo en una competencia tan dura», dice con la voz casi quebrada. Y añade: «Sabiendo que veníamos cumpliendo ampliamente nuestras expectativas en cuanto a los tiempos, cruzar el arco y abrazarme con Toto y Diana que me estaban esperando a metros de la llegada fue muy lindo». Martín, durante el recorrido, había escuchado varias veces sus gritos alentándolo, pero «tener sus abrazos -detalla- después de tanto esfuerzo fue emocionante».
Kremenchuzky completó la prueba en 12 horas 9 minutos, lo que significó una sensible mejora de 11 minutos en su marca realizada hace dos años en Florianópolis.
-¿Ya tenés en mente un nuevo desafío?
-Lo mas importante ahora será en mayo la presentación de mi biografía . A Ceci De Vechi, una gran escritora se le ocurrió que mi historia de vida podía servir para llegar a mucha gente y le puso todo para hacerlo realidad, así que el 10 de Mayo lo estaremos presentando en la feria del libro. Y en cuanto a competencias y charlas, en el mes de julio estaré en Medio Oriente participando de cuatro competencias y dando charlas
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