Por: Juan Gabriel Batalla jbatalla@infobae.com
4 de marzo de 2016
Por primera vez, la prestigiosa competencia llega a la Argentina. Infobae entrevistó a Martín Kremenchuzky, el triatleta que padece de hipoacusia y ceguera, y que participará del encuentro en Tigre. Su historia
A los 5 años, a Martín le diagnosticaron una rara enfermedad genética denominada síndrome de Usher, que produce hipoacusia y pérdida gradual de la visión.
«Desde que tengo cinco años comencé a usar audífonos. Por entonces veía, pero comenzaron los problemas de visión. Dejé de ver de noche y luego se redujo mi campo visual. En esa época hacía deportes, jugaba al tenis o al fútbol de arquero, podía hacer todo lo que fuera bien de frente», explicó Kremenchuzky a Infobae.
A pesar de las dificultades y, luego de haber superado un momento de profunda tristeza, Martín comenzó a «amigarse» con su discapacidad y comenzó una nueva etapa de su vida, en la que entendió que podía tener una vida plena, como cualquier otra persona.
Así, comenzó a practicar distintas disciplinas, desde el running a andar en bicicleta, desde a aprender teatro y percusión, a catar vinos y perfumes.
En 2010 tuvo su debut en las pistas, cuando corrió la media maratón de Buenos Aires, en la que finalizó tercero en su categoría.
En su vida siempre aceptó los desafíos. Siguió entrenando hasta convertirse en maratonista y hasta en corredor de aventura. De hecho, una de las competencias más importantes de trail cross aventura, como el Cruce de Tandilia, debió modificar su reglamento, ya que antes de su participación no había cupo para personas con discapacidad. Además, Martín fue integrante de la selección nacional de remo adaptado.
Pero a medida que superaba pruebas, siempre aparecía una nueva y convertirse en un triatleta era la que más lo motivaba. Aunque, otra vez, el camino no fue sencillo.
«Me fue muy difícil al principio conseguir dónde entrenar, porque en las diferentes piletas que iba, si yo no estaba era mejor. Por mi problema de audición no tengo equilibrio, por lo que no voy derecho», recordó.
Allí conoció a Abayuba Rodríguez, triatleta, entrenador y director deportivo de Ironman Argentina, quien le abrió las puertas de la Escuela Argentina de Triatlón. De a poco fue subiendo exigencias hasta que en mayo de 2015, con Aba Rodríguez como guía, participaron del IronMan Brasil, donde se convirtió en el primer triatleta argentino no vidente en completar el circuito, además de obtener el primer puesto.
Para Martín su tarea como deportista de élite no termina cuando llega a la meta, ya que uno de sus objetivos es que cada vez más personas con discapacidades puedan participar y disfrutar de competencias como él lo hace.
«Hay mucho chicos con discapacidades que no se imaginan todas las cosas que pueden llegar a hacer. Por ignorancia, por sobreprotección familiar u otros motivos están quietitos en sus casas. Y yo estoy convencidísimo de que todos pueden hacer mucho más de lo que creen. Por eso, activo en diferentes grupos y de forma personal en incentivarlos y explicarles cómo salir adelante, porque realmente se puede», finalizó.
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