El que no corre… vuela!

A mí siempre me gusto la adrenalina, y tirarme en paracaidas era una cuenta pendiente.La verdad, la sensación que  tuve al momento  de tirarme fue mucho más excitante de lo que pensaba.

Todo comenzó un día, hablando por teléfono  con la gente de Sky Dive, a quienes les comente quién era y qué quería hacer.

En el mismo momento me dijeron que contara con ellos,  que solo debíamos
ponernos de acuerdo en el día.
Y fue así que el 9 de Julio, me fui para Chascomus, acompañado entre
otros por mi hijo, quien estaba un poco preocupado  por dónde caería su
padre.
Obviamente previa parada en Atalaya, para sacarnos las ganas de un rico
submarino con medialunas
Cuando llegamos al aeródromo, tras un cálido recibimiento, comenzaron a
explicarme todos los movimientos,  que debía hacer  en cada momento del
salto.
Parecía todo muy fácil, dado que conmigo se tirarían 3  muchachos más: Ruben,
para cubrirme las espaldas, y Santiago y Emilio  para filmar  y sacar fotos. Y por supuesto el piloto del avion Juan Eliel.
Llegó el momento, comenzaron a ponerme el arnés, casco, lentes y otros, ya está todo listo.
Tenía mi duda de si tirarme o no con audífonos, porque tenía miedo que se me volaran, pero por otro lado, no me animaba a tirarme sin escuchar nada de lo que me pudiera  llegar a decir, así que me los dejé.
Antes de subir a la avioneta, lo agarré a Toto y comencé  a decirle «que había sido un placer todo lo que disfrutamos  todos estos años, que
lo quería mucho, que siga siempre estudiando , bla bla bla»
¡Qué malo soy, como lo hacía sufrir, no! Que se la banque, son códigos entre padre e hijo  y nos divertimos provocándonos el uno
al otro.
Nos subimos a la avioneta nomás, la verdad es que ni entrabamos,
estábamos todos acurrucados.
Durante los 20 minutos de vuelo, hasta llegar a la posición del salto, todo eran charlas y risas allá arriba.
Hasta que llego el gran momento, y abrieron  la puerta de la avioneta.
¿Ventaja de ser ciego? No tenía que ver el vacio!!! Con lo cual fue muy fácil   abandonar la avioneta.
La verdad es que ese minuto de caída libre hasta que se abrio el paracaídas, fue ÚNICO !!!
Estar cayendo desde  3000 metros de altura, a una velocidad de 200 km por hora, sintiéndome libre como nunca, fue  MÁGICO !!!
YA CON EL PARACAÍDAS ABIERTO, TAMBIÉN ERA UNA SENSACIÓN INCREÍBLE,
AUNQUE INCOMPARABLE  CON LA CAÍDA LIBRE.
Disfruté muchísimo de todos esos minutos que volaba
Hasta que escuche la orden  de posición de levantar las rodillas, porque en 200 metros estaríamos aterrizando
Y así fue, aterrizamos  en forma impecable, y ya escuchaba los gritos de Toto, que vino corriendo a recibirme.
La verdad es que no se si supe transmitir  lo que se sintió, porque creo que es algo indescriptible
Y si alguno de uds. tiene la posibilidad de hacerlo, personalmente se los recomiendo muchísimo
Suerte , anímense a volar!!!DCIM999GOPRO DCIM999GOPRO DCIM999GOPRO DCIM999GOPRO DCIM999GOPROIMG_20150709_144731